A Robert Pattinson los críticos le han reclamando un cambio de papeles respecto al romanticismo que encarna en la Saga Crepúsculo y que, en gran medida repite en Agua para los elefantes. El actor ha respondido con dos películas que no tienen absolutamente nada en común entre ellas y tampoco con los antecedentes del propio actor.
En Cosmópolis interpreta el papel de un ambicioso bróker neoyorquino que gana millones de dólares especulándo en los mercados internacionales de divisas. No es una película dónde sucedan muchas cosas fuera de la cabeza de su protagonista, un financiero que encarna los valores que han llevado a occidente a sufrir la mayor crisis desde la II Guerra Mundial.
Cosmópolis es una película muy psicológica donde Pattinson ha tenido que desarrollar la personalidad de un pensonaje muy alejado de su mismo y en el que priman más las ambiciones materiales que ninguna otra cosa.
La película es una sucesión de encuentros del protagonista con algunos de los fantasmas de su pasado mientras recorre una especialmente atascada ciudad de Nueva York a bordo de una limusina y con el pretexto de cortarse el pelo.
La segunda Bel Ami, dónde Georges Duroy aprovecha sus encantos para lograr sus objetivos.
La segunda Bel Ami, dónde Georges Duroy aprovecha sus encantos para lograr sus objetivos.
En definitiva dos papeles para romper con el pasado tierno y de hombre vulnerable de Pattinson. Ya no podrá decirse que no se le conocen otros registros al actor inglés.
Mas aún, tanto sus directores en Bel Ami, Declan Donnellan , Nick Ormerod como el director de Cosmópolis han alabado la interpretación y el trabajo profesional de Pattinson en las dos producciones. Ahora sólo falta que las fans den su veredicto.
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