Ni cambiándose dos veces de ropa lo consiguió. Demi Lovato tropezó con la piedra del fracaso en la misma noche de los People’s Choice Awards. Primero se mostró intentando parecer una diosa helénica, pero se quedó a mitad de camino.
Y la culpa no fue del traje, un bonito vestido en color coral con escote corazón y detalle joya. Es que Demi, si has cogido unos kilitos durante estas navidades, no intentes embutirte en un diseño de este tipo porque el resultado es evidente: un horrible busto exageradamente apretado que creaba una sensación muy tosca.
Consciente de su metedura de pata, Lovato lo volvió a intentar. Esta vez la actriz se soltó la melena y se enfundó en un vestido con sabor muy español: color rojo pasión, puntilla y caída por detrás de la falda simulando uno de nuestros típicos mantones. Por supuesto, labios a juego.
Por último, nos vemos obligados a hablar de Ashley Greene, la gran decepción de la noche. Palabra de honor de ajustadísimo cuero hasta debajo de las caderas, desde donde nacía una minifalda de volante, más un cuerpecito de encaje y transparencia para cubrir escote, brazos y cuello formaban su atuendo.
Además, parece que la actriz lleva a rajatabla su papel en Crepúsculo y no deja que a su piel le de ni un rayito de sol. Teniendo esto en cuenta, no puedes elegir un vestido negro y encima tener la desfachatez de no ponerte medias, ¡con esa piel tan pálida!
Pero, para no cebarnos con Ashley, terminaremos diciendo que nos quedamos con su fantástica elección de calzado: salones negros con tachuelas en el tacón.
Fuente:diariotwilight
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